La caza es un actividad apasionante, que demanda de una buena condición física. En verano tanto los cazadores como los perros pueden sufrir de deshidratación o llegar a experimentar el temido golpe de calor. 

Consejos para el cazador

Lo principal es mantenerse en buena forma, no solo entrenado, sino en el peso correcto. El sobrepeso, además de aumentar la sudoración y con ello la pérdida de líquidos, sobrecarga el sistema cardiovascular.

Las ropas deben ser livianas y frescas, evitando los tejidos sintéticos y prefiriendo telas de fibras naturales como el algodón. Se debe usar un sombrero de ala ancha. Un buen pañuelo humedecido puede ser de gran ayuda para refrescarse.

Las comidas deben ser livianas, hechas con antelación y con poca grasa, y debe mantenerse una hidratación constante con agua o té frío.

Recomendaciones para los perros

Algunas de las consideraciones previas se aplican para los perros de caza. Deben estar bien entrenados y en su peso correcto, para lo cual conviene ejercitarlos en las semanas previas a la cacería. Los traslados deben hacerse con aire acondicionado y no dejar el vehículo al sol con los perros dentro.

Es importante tomar en cuenta que los perros tienen un sistema de eliminación del calor, el jadeo, muy inferior en eficiencia a la sudoración humana. Por ello es preciso que tomen períodos de descanso durante la jornada y que dispongan de suficiente agua, a libre demanda.

Otra precaución es evitar que corran o sigan rastro por las superficies muy ásperas ya que se lesionan las almohadillas de las patas. El entrenamiento previo a la temporada de caza endurece las almohadillas y existen también productos destinados a este fin.

En general, es mejor evitar las horas de más calor, de las 11 am a las 2 pm.  Es una buena oportunidad para detener la caza por un rato y descansar a la sombra todo el equipo.

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