La caza es una de las actividades más importantes en España, ya no solo por su tradición histórica incontestable, que la ha convertido en el deporte al aire libre más practicado, sino por el impacto económico que tiene en el mercado laboral y en la aportación al patrimonio común de todos.

Un arraigo y un impacto que también podríamos trasladar a un contexto más amplio, como el europeo, donde la caza representa una de las tantas riquezas culturales que posee el continente.

Una actividad económica trascendental

La caza también es un sector económico potente en el continente europeo. Prueba de esto son las cifras que las asociaciones e instituciones europeas recogen en cuanto a la aportación económica directa, que asciende a los 16.000 millones de euros. 

Y es que esto es lo que gastan los alrededor se siete millones de cazadores europeos en las diferentes actividades y labores relacionadas con la caza. Por ejemplo, contratos de alquiler, licencias, equipo, municiones y los diferentes viajes y traslados.

Sin embargo, al calcular el impacto económico podemos ir más allá del impacto directo y fijarnos en la contribución indirecta de la caza. Según el presidente de la FACE ( European Federation for Hunting and Conservation), Michl Ebner, la suma del impacto directo e indirecto, considerado este último como las labores y aportaciones voluntarias de los cazadores, podría alcanzar los 32.000 millones de euros. 

Una labor social y medioambiental 

No solamente los datos económicos hacen de la caza una de las actividades al aire libre más importantes. Y es que la labor voluntaria de los millones de cazadores europeos es fundamental para la protección y la gestión de la fauna, así como también para la protección de los hábitats. 

Por otra parte, la caza también es esencial para el desarrollo de las zonas rurales europeas, ya que dotan a sus habitantes de alternativas de empleo sostenibles y colaborando a establecer redes culturales en estas comunidades, transmitiendo valores, tradición y cultura.  

España, líder en cazadores

España es uno de los países líderes en Europa en cuanto a la actividad de a caza se refiere. Concretamente, se calcula que en España un 2% de los ciudadanos es cazador. Dato que refleja que hay uno por cada 54 habitantes. Este dato es uno de los más elevados, algo que en Europa sólo superarían los países nórdicos. 

Si vamos al total de cazadores, son 850.000 las licencias existentes para este deporte. Así, España se coloca solamente por detrás de Francia en cuanto a personas que practican este tradicional deporte. 

La caza es sin duda una actividad que hay que poner en valor y proteger. No solo por su impacto económico, sino porque es una labor social y medioambiental que genera empleo y transmite cultura y tradición. 

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