A finales del siglo XIX, el corzo ocupó toda la península ibérica. Sin embargo, hasta los años 60 del siglo XX sufrió tal presión que desapareció de grandes extensiones y su población quedó muy comprometida hasta casi la extinción.

En los años 80 y 90, las poblaciones se incrementaron: unas veces de forma natural, otras gracias a la repoblación. En cualquier caso es una especie en proceso de expansión gracias a tres razones fundamentales:

1. Los cazadores actúan con mayor responsabilidad no ejerciendo presión sobre las hembras.

2. El abandono de los campos y la disminución del ganado que pasta en libertad.

3. La capacidad de adaptación de la especie le permite colonizar nuevos territorios con mayor facilidad.

Población actual de corzos en España

Algunos datos sitúan la cifra en más de 200.000 ejemplares en la actualidad. Sin embargo, es difícil calcularla por varias razones:

1. Las Comunidades Autónomas son las que realizan el recuento de los individuos que tienen en sus territorios, con un tratamiento desigual entre ellas. En el norte la densidad, aunque heterogénea, es mucho mayor que en Andalucía.

2. Los estragos causados por la moscarda Cephenemyia stimulator en el norte peninsular dificultan la homogeneidad de los datos. En algunos cotos de Castilla y León, por ejemplo, la población de corzos se reduce a un cuarto y en el caso de León, señalan que disminuye un 90 %.

3. La situación de crisis sanitaria por el covid-19 suspende en un principio la caza del ‘duende de los bosques’. Aunque bien es cierto que se producen prórrogas extraordinarias de los periodos de caza, es indudable que esta actividad no se ha desarrollado con normalidad. Tampoco existen datos estimables sobre el aumento de la población de la especie por la menor presión cinegética. Sin duda, mayor que otros años.

La caza del duende de los bosques en España

La modalidad de caza suele estar regulada por cada comunidad. La costumbre y la orografía determinan en buena medida la forma de ejecutarlo. Las más habituales son: el rececho, la batida y la espera, aguardo o acecho. En algunas regiones, también son frecuentes la montería y el gancho.

Complementos para cazar corzos

En líneas generales, además del rifle y la munición adecuados, son necesarios un visor, prismáticos, telémetro, ropa y calzado adecuados. Es importante que sean cómodos, poco llamativos, ligeros y transpirables. El calzado, además, debe ser impermeable.

Por otra parte, según la época del año, es necesario contar con prendas de abrigo: ropa térmica, un chaleco de plumas, guantes, bufanda, etc.

También son imprescindibles las prendas de seguridad naranjas, obligatorias en algunas comunidades autónomas.

La caza del corzo es muy popular, aunque no siempre fue así. Permite cultivar la paciencia, los reflejos, se disfruta de la naturaleza y se contribuye al equilibrio medioambiental y a la salud.

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