La caza siempre requiere de unas medidas de seguridad. No solo se caminará en terrenos potencialmente peligrosos, sino que se usarán armas de fuego. Por eso, se necesita mantener un nivel de precaución alto. ¿Qué hay que tener en cuenta? Estas son las claves a seguir.
¿Cómo garantizar una batida segura?
Lo primero que se debe tener en cuenta es el trasporte de las armas. Cuando estén en el vehículo permanecerán descargadas y desmontadas. Esto evitará que se puedan disparar de manera accidental. Junto a esto, no se utilizarán vehículos durante la batida. No solo porque espantarían a las presas, sino por resultar un potencial peligro para los cazadores.
Una vez llegado al recinto, se darán unas normas básicas de seguridad. Todo participante de la batida tiene que conocerlas y recordarlas. Estas se darán antes de llegar al sitio y justo antes de empezar. De esta manera, se evita que se olviden y se refuerza su importancia. Por ejemplo, se indicará que el cazador tiene que definir un ángulo de tiro de 30º, dar cinco pasos hacia un vecino y tres en perpendicular, lo cual repetirá respecto a otro compañero.
También es importante no disparar al azar, en especial si el grupo de cazadores se separa. Por mucho que se indique la zona en la que se va a estar y exista una buena comunicación, puede producirse un accidente. Un arbusto, por poner un ejemplo, no indica la presencia de una presa. Puede moverse por el aire o por la presencia de otro ser humano. Antes de apretar el gatillo, se debe confirmar que se trata de un animal.
Siguiendo con las armas, se mantendrá el seguro y el dedo fuera del disparador en todo momento. Solo se quitará cuando se apunte a la presa. Esta es una medida sencilla que evita accidentes de gravedad. Además, al apuntar, se buscará un ángulo limpio y alejado de cualquier otro participante. Se recomienda que los disparos se ejecuten a poca distancia y desde una posición elevada.
Por último, si se impacta y hiere a una presa, se dejará actuar a los perros. Seguirla personalmente puede ser contraproducente. Se podría llegar a perder el rastro y el cazador se expondría a un ataque, en especial si trata de animales como un jabalí. No hay necesidad de acercarse hasta que se confirme la muerte del animal.
En definitiva, estas son algunas normas para garantizar una caza segura. La tranquilidad tiene que dominar el tiempo de la batida. Al fin y al cabo, los momentos de nervios y acción deben dejarse para cuando se aviste la presa, no cuando se haya producido un disparo fortuito que hiera a un compañero. Hay que mantener la precaución en todo momento.